Jue. Abr 18th, 2024

Y al son de este eslogan, la perroflautada de deshace en prebendas. Hasta hoy. Gracias a los medios de comunicación, la gente puede mentalizarse de lo necesario de acoger refugiados Sirios, ya que su gobierno, malo malote, sigue empeñado en reconquistar su propio país a los terroristas que deseaban aniquilarlo. Pero son esos mismos medios los que omiten, por accidente, imagino, el fenómeno que ya se está dando a gran escala, que no es otro que el recibir refugiados políticos desde Venezuela.

La semana pasada conocí a uno de ellos, residente ya en Navarra. Joven, sano, virtuoso del violín, y moralmente apaleado. Cosa rara en lo que hasta ahora era un refugiado, éste en cuestión se encuentra semidepresivo porque no puede acceder a un puesto de trabajo. Se niega a vivir a costa del país que lo acoge, de la caridad ajena o del trato de favor. Sueña con volver a su patria, pero mientras tanto, su dignidad como persona le obliga a ganarse el sustento. La administración y su condición como refugiado político, por ahora se lo impide.

Dicen que las comparaciones son odiosas, y en verdad creo que en casos como este llegan a dar hasta asco, ya que comparas a unos con otros, y tienes claro qué es un refugiado…y qué no lo es. La principal diferencia de todas las que hay, es el deseo, la necesidad imperiosa de volver al hogar en cuanto pueda, en lugar de tener como todo objetivo quedarse aquí a vivir de la sopa boba.

La única vez que he dialogado con este venezolano, no me dejó margen interpretativo. A mi primera pregunta sobre si realmente está tan mal Venezuela, su contundente respuesta de “Lo último que tiene que hacer España es votar a la izquierda”. Imagino que éste será uno de los motivos por los cuales la prensa, tan imparcial ella, no habla de este tipo de refugiados. Tampoco lo hace de los sacerdotes venezolanos que ya están en Navarra cumpliendo su función pastoral, llegados aquí pese a sus reticencias a abandonar sus comunidades, por mandato de su Obispo dado el peligro real de muerte que corrían en la Venezuela que aquí los ilustres nos ponen como ejemplar.

Aquí, en España, sólo se fomenta el odio entre la plebe. El puto rojo y puto facha, para que entre nosotros andemos a pedradas mientras otros, los listos, se lo llevan crudo y en sobre. Mientras tanto, la nueva casta que pelea por encontrar su saca institucional, aumenta aun más su villanía poniéndose de parte de los agresores en contra de los agredidos. Algo que ya no es que rodee el sentido constitucional de nuestra democracia, sino que literalmente, la entierra en una cuneta.

Podemos expone como paraíso una Venezuela donde la gente ya huye por hambre, haciendo lo imposible porque toda España (menos ellos) lleguen a la misma situación. El Gobierno de Navarra, anima acompañar a los agresores de Alsasua mientras dice luchar contra el fascismo “de los demás”, agrandando la brecha entre instituciones y víctimas, entre el sentido común y la barbarie.

Son buen ejemplo, sí. De lo que ni necesitamos, ni tenemos porqué sustentar. Me niego a pensar que hay tanto gilipollas por aquí suelto que vuelva a votarles habiéndoles visto ya el diente. Mientras tanto, armados de paciencia y trabajo bien hecho, hagamos como Don Gustavo y su Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar.

 No queda otra.

 

Rogelio Taboada

Cantero artesanal, escritor e historiógrafo sangüesino

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