Mié. Abr 24th, 2024

Si bien en Navarra toda la prensa está dedicada en cuerpo y titular a los ya anunciados malabares poltroneros del PSN, fuera de nuestras forales fronteras el resto de España se intenta adaptar a la nueva situación política general. Una noticia lleva un par de días dando lo suyo, y con razón. En la localidad zaragozana de Cadrete, el nuevo ayuntamiento a petición de Vox ó por sugerencia de, ha retirado un busto de Abderramán III colocado no ha mucho en una de sus calles.

Y claro, siendo España el país del que estamos hablando, intentan que se líe pero parda. Lo más gracioso –por los cojones- es ver cómo todos, absolutamente todos los alegatos en contra de su retirada, vengan de izquierda, derecha o centro, es la incultura y/o la ignorancia de los de Vox por pedir su retirada. Esos españoles medios, pseudo-culturillas en su mayor parte, que no se cansan de escribir afirmaciones tales como que Abderramán no era moro, porque era pelirrojo, ó rubio, ó –lo mejor de todo- porque era hijo de mujer vascona. Gentes que acusan a los demás de ignorantes por no saber reconocer la figura histórica de Abderramán, de la que aseguran era tan español como cualquiera de los que ahora disfrutamos del solar patrio.

Y bien puede ser verdad, ya que hay españoles que parece vivir, sentir o padecer sólo por el afán de odio a su propia tierra, a su tradición y a su cultura.

Los promotores de su colocación (Podemos) alegaron en su día que Abderramán había mandado construir el castillo de Cadrete, como paso previo a conquistar Zaragoza, lo cual parece hacer del califa una eminencia de la cultura y solidaridad. Decisión ésta, la de su colocación, que dividió desde el primer momento a la localidad, donde una mayoría abrumadora se decantó contraria a su instalación. Pese a todo la colocaron, y pese a la oposición popular, ahí supo estar sin que la reventaran, detonaran o enterraran.

Ahora, el nuevo gobierno da voz a esa mayoría de ciudadanos, y desde el ejercicio de la legalidad, de la democracia y, sobre todo, del sentido común, la ha mandado retirar.

A ver cómo lo explico: que la perroflautada afectada pueda patalear, es lógico, máxime después del refostio que se han llevado en éstas elecciones, que deben de estar deseando liarla por cualquier motivo. Pero, alguien con un mínimo de conocimiento, una brizna de sentido común??? Sólo por complejo mal asumido, o intoxicación cultural. No queda otra. O eso, o cada día hay más estalentaos pastando por nuestras praderas.

No veo yo a nadie, ni de Podemos, ni del PP, incluso ni de Cs, con los cojones suficientes como para ir a Mauthausen e invitar a sus habitantes a colocar un busto de Hitler en una calle, porque mandó construir el campo.

Tampoco los veo poniendo una estatua de Custer en medio de la reserva de los Sioux por sus excursiones solidarias, ó de Mengele en Tel Aviv, porque fue doctor.

Así de gilipollas los puedes encontrar hoy en día por las calles de España.

Ahora, un par de datos reales sobre el hombre éste, para ilustrar un pelín a todos los defensores de su busto, bien intencionados o no:

– El pelirrojo soberano (ó rubio), tenía el pelo de tal color por ser hijo y nieto de cristianas cautivas. De mujeres de nuestra tierra capturadas o retenidas como rehén. Buen mérito debe de ser ese para la gente de Podemos, el esclavizar a mujeres para enclaustrarlas en un harén.

-Sobre Navarra, ahí están sus incursiones veraniegas, como la de 924, donde arrasó mi comarca, incendió todo lo que pudo y encontró fuera de murallas, como la iglesia de Peña, la de Navardún, San Nicolás de Sangüesa (y todo el barrio de los humildes), pasando a sangre y fuego por Las Navas, salvándose sus habitantes al hacerse fuertes en lo alto de su ermita, donde tras encomendarse a su Virgen, llamada desde entonces del Socorro, supieron echarle valor sabiendo resistir. Puede resumirse su presencia en mi tierra con un saldo notable en sangre, y exacerbado en recursos, ganados y templos religiosos.

-Lejos de ser el altruista de la cultura, el respeto y la permisividad que muchos pretenden, un año después, torturó hasta morir al joven San Pelayo, al que sólo con 14 años y tras negarse el joven suevo a renegar de su religión, y a ceder ante las exigencias sexuales que le requería el califa, fue despedazado en vivo a base de tenaza, y esparcidos sus restos por el río. Ahí están el resto de Mártires cordobeses, con historias similares bajo el mandato de este afable y multicultural Abderramán III.

-Aunque el califa sea nacido en la península, de padres y madres peninsulares, no hacen del califa un califa español, pues él era de Al-andalus, mientras el resto de por aquí arriba habitábamos en las Hispanias, ó Espaynas. Del mismo modo que un natural de Oporto es peninsular pero no es español sino portugués, éste dechado de bondades fue peninsular pero nunca fue español. Fue andalusí. Por mucho que intentara conquistarnos.

-Del mismo modo, si algo pueden tener claro todos los que lo defienden, es la certeza de que practicaba la religión islámica, con lo que el decir que era moro aparte de ser legítimo, es una realidad. Abderramán III era moro. Si acaso lo dudan, consulten la RAE en línea, porque creo que pedir a más de uno que abra un diccionario lo mismo le cuesta una urticaria.

-Si de algo puede caracterizarse el mandato de los sucesivos Abderramán, es de prohibir y perseguir el culto cristiano, de mantener a la mujer sometida con menos derechos que los animales -por contra de una Navarra medieval en la que la mujer ya estaba equiparada legalmente al hombre-, de prohibir el habla y la escritura del latín y de las lenguas romances, y en sus tiempos más blandos a poco que durasen, de prohibir reparar los templos de culto cristianos, salvo si su uso era el de mezquita.

-Lo que más le dolió a éste absolutista opresor, fue que el gran palo de su vida se lo diese una mujer; Nuestra reyna Toda, viuda de mi paisano Sancho Garcés. Le preparó una al estilo Juego de Tronos, de la cual el ismaelita salió vivo por los pelos, negándose a volver al norte en lo que le quedó de vida por siempre jamás.

Todo un dechado de virtudes que puede ayudarnos a saber por qué una mentalidad enferma actual puede elegir libremente levantar un busto en cualquier calle de cualquier localidad, a un pedófilo, a un genocida, a quien amparaba la esclavitud sexual de la mujer, a quien descuartizaba a todo aquél que no profesara su religión. A quien sólo deseaba ver a los navarros de la edad media sometidos, o muertos.

Y ni se llamaba Hitler, ni Torquemada, ni era Duque de Feria, ni tan siquiera llegó a vivir a la vez que un tal Franco.

Se llamaba Abderramán III, era moro, y todo el que lo quiera….pa él. Pero lejos de nuestras calles.

Olé por esa alcaldesa.

Rogelio Taboada

Cantero artesanal, escritor e historiógrafo sangüesino
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