Dom. Abr 28th, 2024

Éste capítulo iba a estar dedicado a las Santas Reliquias descritas en el capítulo anterior, exponiendo en él a grosso modo los encontronazos tanto físicos como documentales que marcaron la investigación sobre su peregrinación, así como un esbozo de su recorrido desde el norte africano. No obstante me he visto felizmente obligado a desechar el capítulo a pocas horas de su publicación, ya que a colación del capítulo XV, un lector con raíces sangüesinas tras leerlo ha tenido a bien enviarme copia de un documento del que es poseedor, y que tiene una relevancia impresionante con lo relatado en el mencionado capítulo.

No es primera vez que pasa esto en el transcurso de mis investigaciones. Bien al contrario y por suerte, está resultando ser la tónica habitual en éste estudio, siendo nuestra Historia común la mayor beneficiada.

El documento en cuestión es una publicación realizada en Milán en 1979, editada por el Museo de Prehistoria Contemporánea de Milán. Ente cultural constituido ex profeso para la realización de este estudio sobre las Reliquias cristianas, y que una vez publicado el volumen resultante, fue disuelto. La obra original fue publicada en italiano, siendo posteriormente traducida al castellano por expreso deseo del patrocinador del estudio, terminando por publicar en Barcelona (1983) la obra final tanto en italiano como en castellano.

Bajo el título de «OPTIMUS DE MIRACULOSIS RELIQUIS BREVIS CATALOGUS» este catálogo describe las reliquias milagrosas más singulares de toda la cristiandad, partiendo de documentos y publicaciones anteriores, siendo el más relevante de ellos el «Traité des reliques» de Calvino (1543).

Un documento raro y desconocido, del que sólo se imprimieron 333 ejemplares, y del que, según he podido comprobar a lo largo de estas horas, no encuentras uno ni por accidente, ya que es muy solicitado por los coleccionistas del sector.

El porqué enviarme copia de este documento, lo vais a comprender de inmediato.

Comenzando su lectura no se tarda mucho en ver que Sangüesa es recurrente como ubicación donde se guardan muchas de las reliquias descritas. Si eso ya es algo muy positivo, más lo es el paralelismo que demuestra con otro núcleo cristiano con el que comparte las más singulares reliquias: Oviedo.

Como ilustración, un par de ejemplos:

“47- Manna Eremiticum

Maná: hallado en el desierto. Propiedad de los herederos ingleses del duque de Berry. También se encuentra en San Miguel de Rocaforte, Sangüesa, y en la “Cámara Santa” de Oviedo.”

“73- Sudarium

Sudario Santo: (“Sacra Sindone”) que reproduce la efigie del cuerpo de N.S. Jesucristo, y con el cual fue enterrado. En la catedral de Torino se expone periódicamente. El 23-II-73, fue mostrada por televisión. También en Sangüesa poseen esta reliquia.

En la catedral ovetense se encuentra el paño que cubrió el rostro de N.S. Jesucristo y que iba sobre el de Torino. ”

Cabe destacar que la mayor parte de referencias, tanto a las reliquias de Sangüesa como a las ovetenses, son siempre referencias a reliquias paleocristianas. Aquí vemos el Maná y el Santo Sudario, pero encontramos más asociadas a Sangüesa, que casi siempre nos dirigen a ese primer marco del cristianismo: su origen. Como el siguiente:

6-Bracchia Diversa

Brazo-s: de entre los brazos venerables se pueden destacar: El de santa María Virgen, recogido en relicario conjuntamente a su hígado, en las habitaciones de San José de Calasanz en San Pantaleone.

Los de Bartolomé y Santiago II Minore, en la iglesia de los Santos Apóstoles. Todos ellos en Roma.

El de Santa Teresa, en Alba de Torres.

También los de los Santos Inocentes en Sangüesa.

Ésta alusión a los brazos de Los Santos Inocentes hace referencia a las reliquias conservadas de los niños a los que Herodes mandó ejecutar, y de los que aparte de estos brazos, sólo se conserva un cráneo de uno de los niños en toda la cristiandad. Deja claro que hablamos de Reliquias únicas, muy antiguas y de las que la historiografía convencional no puede justificar su existencia en una Sangüesa hasta ahora irrelevante.

Por el contrario de protagonizar descripciones como las que pueden leerse en el documento, de colecciones pertenecientes a reliquias relativamente modernas, como las de Santa Teresa de Jesús, las sangüesinas nos llevan casi siempre a Israel.

Las pocas que no corresponden a éste periodo se resumen en multitud de reliquias de Mártires Romanos, donde se incluye por ejemplo la mandíbula de Santa Concordia, pasando a las restantes que nos llevan a un sorprendente encuentro altomedieval, teniendo su origen en la pérdida de las Hispanias, como la siguiente:

“82- Virgines Sanctae

Restos de “once mil vírgenes” se encuentran recogidos en una caja en el Vaticano, y en la parroquia de Santiago de Sangüesa.

También de éstas en Limoges veneran una cabeza.”

Un estudio minucioso, complejo y completo del relicario milagroso cristiano, que se ve resumido en sus últimas páginas en una breve lista de las principales ciudades que las conservan. Lista que comienza de la manera siguiente:

“Roma-Vaticano: Capital de la nación italiana y del catolicismo. Recogen consiguientemente el más alto porcentaje de las reliquias conocidas.

Salamanca/Alba de Tormes, pov. de León, Esp,: Poseen la casi totalidad de los restos de Santa Teresa de Jesús.

Sangüesa, Prov. Navarra, Esp,: Es, después de Roma, la más rica de las ciudades “reliquia”. Entre otras, véanse: Sepulcra/Humus/Sudarium/Mandibulae/Lacrimae/Manna/Velum/Pedes/Lignum. Repartido entre las iglesias de “Santiago”, “Santa María” y “San Miguel de Rocaforte”.

Oviedo, prov. (errata), Esp,: Conserva en la “Cámara Santa” de su catedral, una de las más importantes colecciones de las que aquí citamos.”

Impresiona, ¿o no?

Segunda ciudad en relevancia en toda la cristiandad. Que no es que éste documento esté realizado de manera arbitraria, ya que incluso hace mención a templos, bien griegos o de otros lugares, de los que no se conoce su ubicación exacta pues desaparecieron hace siglos. Y ahí está Sangüesa, justo detrás de Roma. Y así, como por accidente, detrás de Sangüesa, Oviedo.

¿Qué más puedo decir?

Éste tipo de situaciones, de confirmaciones, como ya he apuntado antes no son nuevas en la investigación sobre nuestra Historia. Si trabajos tan diferenciados, tan desconocidos entre si, con un motivo tan diverso, desembocan en un mismo sitio o final, sólo puede justificarse en una base real. En un origen basado en la realidad histórica. Da igual cómo o desde dónde se comience el estudio. Si se atiene a la realidad, termina siempre en un mismo lugar. En nuestra HISTORIA con mayúsculas.

Podéis ver cómo Santiago es la primera iglesia de Sangüesa que se menciona. Así también es la depositaria de las más singulares, a excepción del Maná, localizado en San Miguel. Templo perteneciente a la Abadía de Santiago. Nuestro Monasterio de San Juan de Rosa, que se niega a que olvidemos su esplendoroso pasado.

Éste documento también me ha ayudado a confirmar lo que hasta ayer era una sospecha, una intuición, que no tenía modo de corroborar. Si bien la naturaleza de nuestras Reliquias como hemos visto nos dirige en un principio a la primera iglesia de Jerusalén, el desconocer qué otras reliquias pueden encontrarse por el mundo hacía que el pretender realizar cualquier afirmación al respecto fuese un ejercicio sumamente arriesgado. Ahora bien, tras comprobar la situación y existencia del resto de reliquias, sí puedo exponer la posibilidad de que el comienzo de la gran migración que desembocaría en nuestra Sanctorum Ossa, tuvo su origen en la Jerusalén de 637, desde donde partieron tras la conquista musulmana, recorriendo todo el norte africano hasta dar el salto a la península ibérica. En total ciento cinco años de largo peregrinar, sumando reliquias por el camino. No es accidente el que éstas antiguas y singulares reliquias sólo puedan encontrarse bien en Oviedo, bien en Sangüesa, siendo los dos únicos núcleos en la cristiandad que las poseen.

El Maná, por ejemplo, destaca por encontrarse sólo en estas dos ciudades, viendo el único fragmento ajeno a ellas en manos de los herederos del Duque de Berry. Príncipe de Francia. Hay que destacar que desde ésta localidad, Berry, partió la Primera Cruzada, que lograría conquistar Jerusalén en 1099, de donde no dudo que proviene la mencionada tercera reliquia.

Toda una declaración de origen, que confirma el estudio publicado en el capítulo XV de una manera tan textual, que pone muy difícil sino imposible negar ésta realidad.

Terminaré este felicísimo capítulo incluyendo una parte del capítulo original, que siendo uno de los índices más relevantes de los que pretendía mostrar, nos sirve de manera excelente como marco gráfico a esta sagrada peregrinación.

Dentro del Códice Albeldense, en su folio 142, encontramos una secuencia de miniaturas iluminadas que son un tesoro en si mismas ya que son únicas en su estilo dentro de los ya por si escasos manuscritos iluminados que se conservan en España.

De éstas imágenes se encuentran diferentes interpretaciones: desde ser un concilio de obispos, hasta –de manera más acertada- que representan a la ciudad de Toledo.

La versión de roge para esta serie de miniaturas, viene sola con lo anteriormente narrado.

En la primera imagen, vemos a una Toledo preparada para su defensa, con las almenas tomadas por la población.

La segunda imagen es una de las más relevantes para nosotros, mostrando a un peregrino que va desde el monasterio de San Pedro Mártir, cabeza de la iglesia toledana anterior a 711, hasta otro templo identificado como de Santa María Virgen. Puede buscársele equivalencias en la Toledo de entonces, pues si bien la recién consagrada catedral fue requisada y reconvertida en Mezquita, una pequeña iglesia parroquial bajo la advocación de Santa María fue la dedicada en un primer momento a recoger el culto cristiano en la Toledo ocupada.

Y sería lógico pensarlo. Pero, siempre hay un pero. En este caso, varios.

El primero, que este peregrino es representado sobre una sección de vía romana. Algo impropio a un traslado intramuros. Vemos cómo el peregrino porta en su mano algo que se parece tremendamente a un hueso. Sobre él encontramos la siguiente descripción: Osararius Be(a)turi.

La tercera imagen nos muestra a tres peregrinos seguidos de varios clérigos, siendo recibidos por un caudillo o notable. Hay que destacar que varios de los clérigos, parecen llevar en sus manos relicarios de los que puede verse algún esbozo interior similar al que porta el peregrino.

La cuarta y última es la que nos ejemplariza un campamento de tiendas móviles. En la tienda central, podemos ver cómo sobre ella, indicando su contenido interior, encontramos un gran relicario, perfectamente reconocible en ésta miniatura.

Por mi parte, este folio relata la migración de 711, donde las reliquias salieron del Toledo visigodo encontrando asilo en la Santa María pamplonesa que sabría salvaguardarlas hasta el 732.

Sobre el gran cúmulo que recibimos en Sangüesa, decir que desde aquí partieron buen número de ellas hasta El Escorial, a petición del Rey. De aquí fueron saqueadas otras tantas en la francesada, de las que incluso hay constancia de remordimiento en el caso de un soldado, que tras llevarse la reliquia de San Lamberto,  la depositó posteriormente en la parroquia de Leoz para que fuese devuelta. Y como ya relaté, nunca se dejó de enviar reliquias al resto de la España que lo solicitase.

Pese a ello, casi ochocientas mantenemos en la actualidad.

Qué no tendría Sangüesa en el pasado, para ser la segunda ciudad “reliquia” de la Cristiandad.

Al amigo lector que me ha enviado el documento:

¡¡¡GRACIAS!!!

Rogelio Taboada

Cantero artesanal, escritor e historiógrafo sangüesino

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