Jue. Abr 25th, 2024

La de González-Tablas es una moderna calle del Ensanche Pamplonés, que el consistorio municipal le dedicó a un hijo ilustre de la capital Navarra, Santiago González-Tablas nacido en ella en 1878; la vía urbana transcurría según el acuerdo municipal de 6 de junio de 1955 de la plaza del Conde de Rodezno hasta la calle Sangüesa. Según el siempre recordado en el pamplonesismo José Joaquín Arazuri en su Pamplona, calles y barrios, ya el 7 de agosto de 1930, el alcalde de la ciudad, el abogado y periodista Javier Arvizu presentó una moción de homenaje al teniente coronel don Santiago González-Tablas, muerto gloriosamente en la campaña de Marruecos, proponiendo además se concediese el nombre de este militar a una calle del Ensanche. Este autor cita como año de nacimiento, el mismo que figuraba en la plaza, el año 1878, aunque Fernando Pérez Ollo, en la voz correspondiente de la Gran Enciclopedia de Navarra da el más seguro del natalicio en el nueve de febrero de 1879. La muerte fue en Tazarut (Maruecos) el 13 de mayo de 1922, un día después de haber sido herido en esa misma localidad en uno de los combates de recuperación de territorio tras el desplome que siguió al Desastre de Annual en julio de 1921.

González-Tablas, hijo de teniente general, ingresó en la Academia General y como oficial participó en la Guerra de Cuba, con apenas veinte años de edad; Destinado como capitán al regimiento Sicilia, pidió como voluntario destino en África el mismo año de la Semana Trágica de Barcelona, 1909, cuando el África española, o el protectorado español en Marruecos, era un polvorín que además de causar muchas víctimas, dividía profundamente a la opinión pública española. Fue un militar muy curtido en distintas acciones de la interminable guerra africana. Prácticamente todos los ascensos hasta su grado de coronel los consiguió por méritos de guerra. Como teniente coronel, jefe de las fuerzas de Regulares de Ceuta, estuvo a punto de morir tras sufrir heridas gravísimas en Benisicar, acción de Casabona, el día 8 de septiembre de 1921. El semanario Nuevo Mundo recoge la noticia de su percance y dice de él que “era una de las figuras más prestigiosas de la campaña, cuya figura está aureolada de mayor prestigio entre los que integran el Ejército de África. Temple de héroe, González-Tablas es el ídolo de sus soldados, para quienes el ejemplo de del bravo teniente coronel es un espejo y un estímulo de las más elevadas virtudes militares”. La misma publicación después de reponerse en el hospital, afirmaba que era González-Tablas, un · “bravo teniente coronel que ha sabido hacer de los rifeños rebeldes e indomables bravos soldados leales para España; es el sugestionador que lleva a la muerte a sus tropas bajo el dominio de su caudillaje en el que entran por igual la admiración y el cariño” De los 800 soldados indígenas que salieron desde Ceuta para librar la batalla en esos días del septiembre sangriento, sólo salieron ilesos ciento veinte. González-Tablas dotó de viviendas dignas y servicios convenientes a las familias de los soldados de Regulares que vivían en las kabilas. El propio rey Alfonso XIII en el afán de ganarse a los cabecillas rifeños, regaló un coche último modelo marca Hispano Suiza, a Abd-el-Kader, uno de los principales jefes tribales y amigo de España.

Se encargó de formar militarmente a los regimientos de Regulares, que tenían como componente importante las tropas indígenas. Tuve ocasión de oír de labios del embajador José Luis Los Arcos Elío, que como su amigo José María Yárnoz, sirvió en el Cuerpo de Regulares en la Guerra de España de 1936-39, la notable aportación de esta parte del Ejército formado en Marruecos y que tanto iba a condicionar los planteamientos militares iniciales de la Guerra Civil.

Fue además González-Tablas un gran deportista sobresaliendo en la esgrima especialidad del florete. Estudió árabe con nota sobresaliente, en la academia que el Ejército montó en Ceuta para conocer mejor el habla y la cultura de Marruecos.

Fue acreedor entre otras distinciones, como varias cruces rojas –tras combates heroicos en campaña-, a la laureada de segunda de San Fernando; también al grado de General a título póstumo, y su viuda obtuvo el marquesado de González-Tablas. La muerte en acción de guerra produjo una honda impresión en Pamplona, puesto que la familia González-Tablas tenía una notable reputación. Garcilaso –Raimundo García-, director de Diario de Navarra trabajo mucho para levar a soldados navarros en África consuelo, regalos y utensilios prácticos. Otros periodistas navarros se ocuparon de esta guerra de desgaste, incomprendida por muchos sectores sociales, con un coste económico considerable. Se pueden denominar periodistas africanistas como también, se llamó a arias promociones de militares que sirvieron en Marruecos, como africanistas. Sirvieron también para dar noticias de las acciones protagonizadas por paisanos, entre los que destacaba González-Tablas y ya como general consagrado, el general Sanjurjo. Santiago González Tablas contestó a un periodista sobre la sensación que tenía en la lucha bélica, de este modo: “Créame usted, la guerra es una bonita borrachera…Yo creo que la milicia como el arte, es una vocación que hay que sentir hasta perder la vida por ella”.

 

Jesús Tanco Lerga

Doctor en Ciencias de la información por la UN

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