Jue. Abr 25th, 2024

Vulgarmente decimos que una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo y obras son amores y no buenas razones. El pensador Gandhi afirmaba: “Una onza de práctica vale más que mil toneladas de predicación”. El científico Einstein: “La teoría es cuando se sabe todo y nada funciona”; sin olvidar al escritor Tolstoi: “Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo”.

Estas frases justifican el error de los aficionados, al inicio de temporada, ya que Martínez encajaba como el entrenador ideal para Osasuna porque sus ideas enamoraron a todos los navarros.

Diego quiso hacer la mejor plantilla de segunda y el director Braulio le puso en bandeja todas sus peticiones, de manera que se despertó tal ilusión entre los osasunistas que se batió el récord de socios y simpatizantes. Los entrenadores afirmaban que Osasuna tenía los mejores futbolistas de la categoría por los nombres de relumbrón.

Conforme se iba desarrollando la liga, el juego no era el esperado, pero los rojillos ocupaban los primeros puestos y la ilusión se mantenía. Después de una buena racha positiva de resultados, vino la crisis de enero y la frustración se ha ido manteniendo hasta nuestros días, con un sistema de juego nada convincente y utilizando sólo quince jugadores, al dejar los restantes en la ignorancia.

El entrenador pedía paciencia y repetía una y otra vez que había que llegar a los diez últimos partidos bien clasificado para dar el salto final y colocarse en puestos de ascenso directo. Más tarde, se ha visto lejano ese objetivo y ahora se predica que tenemos que entrar en los seis primeros. Pero después de perder en casa en varias ocasiones, sobre todo con Zaragoza, Tenerife y empatar con el Córdoba y Alcorcón fuera, las ilusiones se desmoronan.

A Diego Martínez se le han acabado los principios filosóficos, porque ha demostrado durante toda la temporada que es un teórico del fútbol, que su palabrería no tiene consistencia y que se ha empollado el manual básico de fútbol, pero no sabe llevarlo a la práctica.

Si repasamos algunas de sus frases, más parece un gurú de la palabra que un científico de la experiencia. “El rival es un equipo muy completo con jugadores de talento y que además manejan muchos registros. En eso se parecen a nosotros”. “Cuando superas los momentos de máxima dificultad, te quedan los mejores recuerdos”. “Ya veréis como Fran Mérida aprieta y maneja la psicología del árbitro y el control emocional. No me inquietan las tarjetas, me inquieta que el equipo no sea intenso”. Bla, bla, bla.

Diego desde el principio defendió la cantera y prometió que mimaría a los futbolistas de casa y ha hecho todo lo contrario con promesas incumplidas: Los ha bajado al filial o los ha repartido por otros equipos, caso Berenguer, Olavide, Buñuel, Erice, salvo Barja.

A pesar de su fracaso deportivo, sigue con su verborrea para la historia: “Jugar con inteligencia desde la pasión es lo más difícil. Ha sido un buen punto tras el sufrimiento y la lucha”. “El partido requiere una gran personalidad y control emocional, debido al ambiente y al rival. Será un reto estimulante”. “Nos mostraremos con jerarquía y, según vaya el partido, variaremos la forma de jugar”. “Será un encuentro muy interesante desde el punto de vista táctico, anímico y mental, ya que nos servirá para seguir creciendo”.

La situación es preocupante, ya que el centenario está a las puertas (24 de octubre de 2020) y la primera división se aleja. Sería interesante festejar el sueño de los fundadores Aizpun, Rasero o Arteaga que lucharon por la fusión de los clubes Sportiva y New Club para aceptar el nombre de Osasuna, salud, fuerza y vigor. Aquí se forjaron y han propagado el orgullo de Navarra jugadores como Vergara, Ruiz, Zoco, Zabalza, Iriguibel, Puñal, Martín, Raúl García, Cruchaga, Monreal o Azpilicueta.

Osasuna no se libró de la crisis y estuvo también a las puertas del desahucio (2014), gracias al deseo de enterrarlo de los separatistas NaBai, Bildu, Geroa Bai e IE de Noain y de los nefastos presidentes Izco y Archanco, pero PP, PSN y UPN lo salvaron.

Sin embargo, sus aficionados y la Navarra de los cuatro costados seguimos apoyando al equipo de nuestras entrañas, porque es un sentimiento y parte del corazón, al superarse como club.

A pesar de vivir en una Navarra politizada, en el estadio de Pamplona los enfrentamientos ideológicos quedan a un lado para corear al unísono, a través de nuestras gargantas: “Los rojillos nunca se rinden”.

Osasuna tiene una buena plantilla, unos buenos ingredientes para cocinar en restaurante con estrella Michelín, pero Diego no ha sabido mezclar tanta calidad y se ha estrellado. Sabalza con su directiva ha conseguido sanear al club; ahora debe demostrar valentía y buscar otras alternativas al entrenador, mejor antes que después. ¡Diego! la teoría se fundamenta con la práctica.

Luis Landa El Busto

Licenciado en Ciencias Humanas y profesor

 

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