Mar. Abr 23rd, 2024

La reciente muerte de Carmen Franco Polo, me trae a la memoria a un navarro de gran personalidad que bien merecería la distinción de predilecto, como tantos hijos ilustres de esta tierra tan tacaña en homenajes y reconocimientos. Jesús García Orcoyen fue el ginecólogo de la hija de Francisco Franco, y por ese motivo residió días en El Pardo con motivo de los alumbramientos de los nietos del Generalísimo. En tardes de tertulia en el hotel Irache de nuestro Ayegui familiar, me solía contar sus impresiones de El Pardo, con su titular sobrio y austero hasta límites inauditos. Me contaba, que solía decirle al ilustre médico, después de cenas tipo ayuno cuaresmal: -Orcoyen, tome una copa de coñac, que ya sabemos que le gusta. Y efectivamente, en bandeja de plata era servida una copa que podría ser de matarratas o me suena de marcas como Veterano o Soberano, la única vez en palabras del médico que bebía estas marcas de bajo rango.

Jesús García Orcoyen, nació en Esténoz (valle de Guesálaz) el 17 de enero de 1903 y murió en Madrid, fiel a su arraigo estellés, el día de la Virgen del Puy, 25 de mayo, de 1988. Entre estas dos fechas una vida de plenitud y de grandes logros profesionales. Hijo de médico, estudió la carrera en la Universidad Central en Madrid, entre 1918 y 1924, para doctorarse en la misma en 1932 con una tesis acerca de la “Fisiopatología endocrina del ovario; estudio experimental y clínico” Por oposición fue designado en 1924 ayudante de prácticas de la cátedra de Obstetricia y Ginecología, que regentaba en la Central, el Dr. Sebastián Recasens, a cuya escuela perteneció y a quien dedicó unas palabras de homenaje en muchas ocasiones, recuerdo ahora, el prólogo de don Jesús al libro de Javier Sierra al sabio ginecólogo Dr. Recasens. Después, también por oposición, ganó la plaza de auxiliar de la cátedra (1931), y como trabajador incansable que era, aumentó su actividad optando con éxito a otra plaza de auxiliar en la Escuela Oficial de Matronas de Madrid (1936) Cuando después del 18 de julio de este año fue a trabajar al Hospital Clínico de San Carlos en Madrid, un mozo ascensorista le impidió el acceso en nombre del Comité que se había apoderado del Hospital, al parecer según el proceso de depuración al que fue sometido, por la denuncia de un médico comunista apellidado Ruano. Con sospechas fundadas de que iban a por él, considerado desafecto al Régimen, por su pertenencia a la Congregación de San Fermín de los Navarros, donde con el tiempo sería Viceprefecto, y a la amistad que su familia tenía con el estellés general Sanjurjo, buscó influencias, sin éxito, en Valencia ante Juan Negrín, entonces rector de la Universidad en esa ciudad, para instalar allí con seguridad a su mujer y sus hijos, y volvió al Madrid republicano donde siguió trabajando de modo ejemplar.

Tras la paz, en 1943 obtiene por oposición la cátedra de Obstetricia y Ginecología de la facultad de Medicina de Madrid, de la que sería elegido decano en octubre de 1961 hasta julio de 1960. Miembro destacado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas hasta presidir el Instituto con el nombre del navarro de nacimiento, Santiago Ramón y Cajal; ingresó en la Organización Mundial de la Salud (OMS), para ser nombrado director del comité europeo de la misma; asimismo, entre las numerosas distinciones tiene en su poder la de miembro de número de la Real Academia Nacional de Medicina para ocupar desde el 12 de noviembre de 1974 el sillón número 12, tras leer el discurso sobre “ el factor riesgo en la descendencia humana”, que fue contestado por Pedro Laín Entralgo. Su prestigio le llevó a pertenecer a varias sociedades de Obstetricia y Ginecología de distintas naciones hispanoamericanas, así como a su condición de miembro honorario de la Academia de Doctores de Madrid. En países europeos como Francia y Alemania fue condecorado con altas condecoraciones. Entre las españolas, fue merecedor de la Gran Cruz de la Orden de Sanidad; Gran Cruz de Alfonso X el Sabio; Gran Cruz al Mérito Civil y Gran Cruz al Mérito Aeronáutico. Estuvo al frente de la Sanidad Española, cuando todavía no tenía rango de ministerio, como director general desde 1957 a 1973, promoviendo centros hospitalarios adecuados a las exigencias médicas y sociales.

Su enorme prestigio fue decisivo en la creación del Hospital General Comarcal de Estella que lleva su nombre, con cincuenta camas inaugurado el 30 de abril de 1977, ampliado en 1979 hasta llegar al sobrado centenar de camas y contar en la actualidad con 400 profesionales. El 2 de noviembre de 2009 la Asociación de Empresas de Estella y Merindad ofreció un homenaje póstumo a García Orcoyen, en el ayuntamiento de Estella, cuya corporación presidía la doctora Begoña Ganuza, que fue directora del centro. En nombre de la familia, su hija Cristina dijo estas expresivas palabras: “Me siento muy feliz por estar aquí. Es muy bonito que después de veinte años de su muerte se guarde la memoria y el afecto por un hombre de bien, navarro y estellés hasta la médula. Significa mucho para mí y mis hijos”

Cuidó mucho la familia, en la que ha habido otro médico prestigioso que siguió sus pasos, su hijo Jaime, que fue jefe del Primer Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico de Madrid, hasta que fue apartado por cuestiones políticas de revancha en el gobierno de Felipe Gonzáles. El diario ABC, comentaba la destitución en estos términos el 18 de octubre de 1987: “La indignación en todo el hospital es generalizada”. Otro hijo, homónimo, de profesión Economista ha ocupado puestos de responsabilidad en distintas corporaciones empresariales. A todos inculcó el ilustre médico navarro el amor a España y Navarra. Muy amigo de conducir buenos coches, cuando al volante del suyo tomaba la dirección de su tierra natal cambiaba de acento y no disimulaba su alegría. Sentía mucho los pequeños y pueblerinos litigios en su valle, con exclamaciones como la de “con lo que he hecho por mi pueblo…” Su cuerpo descansa en Muniáin, en el mismo valle de Guesálaz que le vio nacer, y donde compró una casa. Médico ejemplar y vocacional, soy testigo de primera mano, de su alta graduación en hombría de bien y en la amenidad de sus conversaciones.

 

Jesús Tanco Lerga

Doctor en Ciencias de la información por la UN

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