Mié. Abr 24th, 2024

No dejo de encontrarme por estos mundos cibernéticos, personas, o seres supuestamente humanos, que escriben, debaten, discuten y trolean a sus anchas por las redes, haciendo uso de una falsa identidad.

Fenómeno éste tan antiguo como la propia red, ya que la falsa creencia de que internet es anónima, invitó a pensar a los mediopensantes que sólo con esconder su cara, podían despotricar, difamar y calumniar cuanto quisieran sin que les costase nada. De gratis. Los casos más graves, antes o después se han dado de morros con la realidad teniendo que responder personalmente por los desmanes de su alter ego.

En internet el seudónimo o la falsa cuenta, tiene su equivalencia en la realidad con los que la lían a cara tapada, bien encapuchados, pues saben que sus actos, amén de no ser nada legítimos, atentan a la legalidad. Dígase, con los delincuentes. Si esto lo tenemos claro en la vida real, debemos asumirlo de igual modo en las redes y actuar en consecuencia.

Éste fenómeno, si bien en su inicio tuvo un caladero claramente identificado en la izquierda filoterrorista, lenta pero imparablemente se ha hecho común en todo el espectro político.

Qué decir de aquellos seudónimos muy democráticos, como los que pululaban por los foros del Noticias, y que a día de hoy y tras haber obtenido su correspondiente puesto en el actual gobierno del kambio, han desaparecido llevándose consigo sus miles de democráticas intervenciones. Mensajes o artículos en los que podían leerse, por ejemplo, miles de perrerías contra “la Yoli”, en lo político, en lo profesional y en lo personal, apelando siempre a un sentido enfermizo de la democracia, y de la libertad de expresión. Libertad y democracia que da sólo para decirlo y hacerlo contra UPN, en este caso, y que prefieren que ahora se olvide, no vaya a ser que alguien haga lo mismo contra “la Uxue”, apelando exactamente a lo mismo y de la misma manera.

Lo realmente triste es comprobar cómo estos malos vicios se están haciendo un hueco entre la gente honrada –siempre supuestamente- pudiendo encontrar perfiles de lo más singulares, haciendo lo que bien pudiera hacerse de cara, con toda legitimidad, pero desde el lado más oscuro, triste y demérito de una personalidad. Así podemos encontrar postulando -por poner sólo dos ejemplos sin salir de Navarra-, a mi conciudadano el Rey Sancho Garcés, y a nuestro Santo Patrón, San Francisco de Javier. Caso éste en particular que raya la herejía, pues pone en boca de nuestro patrón, palabras, frases, debates e ideología que para nada puedan reflejar el sentir de tan insigne persona.

La cosa ya se riza cuando conoces a un tal Juan Fernández, por decir algo, que en la vida real se llama Fermín Gutierrez, por decir otro algo. Le preguntas el por qué de tal dualidad, y puedes recibir respuestas de todo tipo. Por seguridad dicen unos, porque en el curro hay uno de indargorri, por….

En resumen, por cobardía y comodidad.

Si realmente pretenden ser ejemplo de algo, creo que sí lo consiguen, pero justamente de lo contrario a sus pretensiones. Tiene que ser muy cómodo vivir sin sobresaltos, sin preocupaciones. Es algo que puedo llegar a comprender pero nunca compartir, como no comparto el que se pueda llamar inteligente al avestruz por esconder la cabeza, mientras las fieras devoran su cuerpo en el exterior.

Si Navarra está como está, dudo mucho que sea por accidente, y hacer que la gente honrada se torne cuando menos dudosa, no creo que ayude a recuperarla. Como sé que estos aparejos son más propios de gente de determinada edad, anclada en sus confortables vidas, animo desde aquí a la juventud sana de Navarra a que evite tales prácticas, a que tenga la valentía que tuvieron sus ancestros y planten cara a la adversidad. A que vayan de frente. Que sean ellos los que se escondan, ya que ellos en verdad son los delincuentes, porque ni ser navarro ni ser español, es algo de lo que nadie tiene que avergonzarse.

Evitad ser como ellos y no deis cancha a quien estos métodos utiliza, sea del lado que sea, pues no pasan de ser síntomas diferentes de la misma enfermedad.

Además, el que te venga un hijo de Sabino debidamente camuflado a intentar amenazarte, y responderle a cara descubierta que cuando quiera puede venir en persona a comerte el pensamiento….no tiene precio.

Vosotros mientras tanto, nunca cabalgaréis en solitario.

 

Rogelio Taboada

Cantero artesanal, escritor e historiógrafo sangüesino

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