Jue. Abr 25th, 2024

¿Por qué tenemos miedo a la muerte si cuando viene ya ha pasado y si ha pasado no nos enteramos? Además uno muere cuando no se le recuerda, pero si lo tenemos presente día a día y sus obras han quedado para siempre en esta vida, lo tendremos siempre con nosotros. Decía Machado:

«La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.»

Esta reflexión nos hace ver que en realidad nunca vamos a experimentar la muerte. Si consideramos que al morir dejamos de existir, realmente nunca vamos a ser conscientes de lo que es. Es por ello que el autor considera que no hay que tenerle miedo al hecho en sí de fallecer.

Decía el dirigente Gandhi: “Si la muerte no fuera el anticipo de otra existencia, la vida sería una burla cruel” y Pablo Neruda nos recuerda que si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida. Estas frases nos sirven para nuestro amigo Pepe que nos ha ido dejando durante su vida ríos de compañerismo, entrega y cariño en la familia, en el trabajo y en la presidencia de la Casa cántabra.


Vida y obra

José Gómez Zubieta nació el 9 de enero de 1934 en Santander y falleció en Pamplona el 27 de marzo pasado. Creció en Revilla de Camargo, donde disfrutó de la vida del pueblo con sus padres y cuatro hermanos. Entusiasmado por la cercanía del mar, pronto quiso estudiar la carrera de Marino, adquiriendo la profesión de Maquinista naval, con la oportunidad de visitar en barco múltiples naciones de todo el mundo como Japón, Líbano o Martinica.

En Cartagena conoció el amor de su vida, Marujina, de manera que dejó su trabajo y, después de tres años de cartas sentimentales y viajes en moto de tres días, contrajo matrimonio con Maruja Vivancos el 3 de septiembre de 1966 en la iglesia San Diego de Cartagena. Han tenido 6 hijos y 11 nietos, la última, Cristina, dos días antes de su fallecimiento. Ya casado, se trasladó a Santander para ejercer como jefe de mantenimiento, en Nueva montaña Quijano y dar clases en la Escuela Naval, con sus propios apuntes; más tarde desempeñó su labor en Patricio Echeverría de Legazpia (Guipúzcoa). Para mejorar la formación de sus hijos en 1977, se trasladó a Pamplona a Unión Carbide hasta su jubilación.

La familia esencial

Para Pepe, como hombre de fe cristiana, así como Maruja, la familia ha sido el centro de su vida con una atención especial. Además, ambos pertenecen a Los Equipos de Nuestra Señora, grupo de espiritualidad conyugal y base para el desarrollo de su matrimonio. Un gran apoyo para su esposa en estos momentos de dolor.

El Sr. Gómez era un enamorado de su tierra cántabra, por eso luchó hasta conseguir fundar con otros paisanos la Casa de su “tierruca” en Pamplona, con la aprobación de los estatutos en 1991 y la inauguración de su flamante sede en el barrio de Iturrama (2000). Nombrado Presidente, ha vivido por y para la Asociación. Su famosa frase era: “¿Qué tienes que hacer el día X?”. Era una forma de comprometerte.

Cantabria y Navarra

Visitaba constantemente Cantabria para entrevistarse con políticos, historiadores, filósofos, marineros, para preparar las charlas mensuales de la Casa cántabra, la Semana Cultural, la Sardinada, el Pregón navideño, el Año Jubilar Lebaniego, la fiesta de la Bien Aparecida o el encuentro o maridaje entre navarros en Cantabria y cántabros en Navarra en un abrazo de armonía. No podemos olvidar la fundación del coro Cornisa Cantábrica o “su Papeluco” que mes a mes preparaba con esmero para enviarlo a los socios y a diversos lugares del mundo. En los actos no podía faltar el himno a su tierra: Cantabria querida te voy a cantar.

Sus amigos estamos desconsolados, porque era un hombre dialogante, abierto, le interesaba toda materia y se pasaba largas horas hablando de lo humano y lo divino. Pepe era un hombre reflexivo y le gustaba rumiar todo lo que escuchaba de los demás.

Ejerció de Padre, marido, abuelo y pilar de su familia. Era un hombre trabajador, inquieto, recto, defensor de su región, de su país, con un bagaje e interés cultural impresionante, con un corazón partido entre Navarra y Cantabria.

Arropar a la familia

Lloramos su fallecimiento y arropamos a Maruja y sus hijos Mª José, Juan Rafael, Francisco Javier, Esther, Rosa y Gloria, que siguen el lema de Pepe: “Las cosas, si se hacen, hay que hacerlas bien”. Ya lo decía San Agustín: “Al final se nos juzgará no por la cantidad de obras sino por los kilos de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo”. Que la Bien Aparecida, Virgen que tantas veces ha salido en procesión por las calles de Pamplona, lo acoja en su seno.

Luis Landa El Busto

Hoy más que nunca, amigo de la familia y socio de Casa Cantabria

 

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